No ha empezado como se deseaba la Feria de la Magdalena, pues se esperaba bastante más de los toros de Fuente Ymbro. Los tres primeros mostraron una ostensible falta de raza y casta y los tres últimos, aunque mejoraron un poco la nota del conjunto, tampoco ofrecieron las cualidades que se esperaba de ellos. Matías Tejela cortó una oreja del cuarto y Abel Valls perdió una con la espada del sexto pero la tarde estaba ya marcada. Rubén Pinar mostró en todo momentos voluntad y disposición, pero tuvo que conformarse con una ovación por su labor ante el quinto.
El primero fue un toro corto de presencia, que tuvo buen son de salida pero que pronto mostró su querencia. Manso y rajado, Tejela trató de sostenerlo en los medios y se justificó con él, pero el toro buscaba las tablas una y otra vez. Silencio. El cuarto no tuvo nada que ver. No salió suelto del capote de Tejela, con lo toreó con suavidad y mostró brío y emoción crecientes en la muleta. Tejela construyó con él una faena de interés en aumento. Aprovechó la buena respuesta del toro sobre la mano derecha para llevar a cabo una labor que ganó en intensidad a medida que avanzaba. Un trasteo superior al que llevó a cabo en la pasada Feria de Fallas y que le habría valido las dos orejas de darse en otro momento de la Feria. Tras un epílogo por manoletinas y una estocada casi entera, cortó una oreja.
Rubén Pinar sorteó en segundo lugar un toro precioso de hechuras de Fuente Ymbro que tuvo algo más de fuerza y raza que el anterior pero que también fue descastado. Aunque se movió bien en los primeros tercios, se vino abajo en el último tercio. Pinar llevó a cabo una labor aseada y voluntariosa, pero no tuvo opción de brillar. Fue silenciado. El quinto fue otro toro manso, pero toreable. Aunque marcó querencia, Pinar supo sostenerlo a base de voluntad. Cuando el toro se fue a tablas, Pinar logró ligar una buena tanda por el izquierdo, pero en vez de insistir por ese pitón, trató de sacar al toro de nuevo a los medios y la faena no terminó de prender. Fue ovacionado.
El tercero fue un toro jabonero, muy bonito de hechuras. Galopó con buen son en los primeros tercios, pero careció de raza. Abel Valls inició su faena de rodillas en los medios pero el toro buscó tablas tras la primera tanda. En ese terreno, el castellonense puso voluntad pero la brillantez era imposible. Tras una estocada casi entera, escuchó palmas. El sexto prometió más de lo que fue. Mostró al principio brío, pero empezó después a soltar la cara y a perder el celo. Valls se justificó con él y logró una buena tanda sobre la izquierda. Después acortó las distancias y podría haber cortado una oreja de haber acertado con la espada. Volvió a escuchar palmas.
Ficha: Plaza de toros de Castellón. Primera de la Feria de la Magdalena. Media entrada. Toros de Fuente Ymbro. Matías Tejela, silencio y oreja; Rubén Pinar, silencio y ovación y Abel Valls, palmas y palmas. Se guardó un minuto de silencio por el banderillero 'Rafaelillo'.