Una corrida de toros, simplemente, con su suficiente seriedad y variados matices como para mantener interés toro a toro.
Porque eso es una corrida de toros: cuando todo realmente depende de lo que entrega o se guarda su gran protagonista, el toro. Y los de Alcurrucén, muy fieles al protocolo del encaste núñez, dictaron el contenido de la tarde. Predominó la mansedumbre, pero también el carácter, la casta. Y enfrente tres espadas que tuvieron que solventar y superar problemas.
Es decir, que los de Alcurrucén se salen del guión, de la previsibilidad. Lucen casta, personalidad, y eso ya es suficiente como punto de partida para cualquier tarde toros.
¿Repetirán? Eso no sé sabe. En todo caso se encargarán de lidiarlos Miguel Abellán, Juan Bautista y Leandro, una terna que no debería acomodarse demasiado en este inicio de temporada y menos en València. Les falta la insolencia de la juventud, pero cuentan con la experiencia. A ver si la saben aprovechar o, mejor, la ponen en práctica.
El orden de lidia, vía Burladero.com