Loque para muchos hoy sea la buena noticia del día en la localidad de Belmez, esla mala noticia para el aficionado al toro y lo que es peor para los propiostoros. Ayer, con motivo de la feria de la localidad cordobesa, se anunció unfestejo mixto en el que actuaron el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y losmatadores Francisco Rivera Ordoñez, sin apodo y David Fandila “El Fandi”. Triunfarontodos y hasta ahí, todo bien. El público fue a divertirse y así pasó. Lo maloes cuando los triunfos se convierten en entrada de discoteca, dos consumicionespor una y cuando la diversión pasa a falta de respeto. La corrida con el hierrode Zalduendo fue noble, buen producto para el fin con el que fue la gente a lostoros, pero en ningún caso, toros para engendrar toros. Indultaron a dos,quinto y sexto, y se desató el éxtasis para el público y el dolor de cabezapara los que tratamos de que la fiesta no pierda su identidad y no se trasformeen el circo de los toros bondadosos. Datos para no indultar ayer: la presentaciónde los toros no era de indulto sino de insulto, porque la nobleza no es bravura,porque si Francisco Rivera Ordoñez está a gusto con un toro, jamás ese toroserá bravo, me avalan dieciocho años viendo toros, porque el tercio de varasfue la gula del norte, sucedáneo puro, porque si esos toros padrean, sus hijosserán igual de bobalicones que ellos, porque otros toros que si se merecieronese privilegio murieron por caer en la exigencia de una plaza que Belmez no la tiene (y me acuerdo de un Zalduendo “Jarabito”en Sevilla al que Emilio Muñoz le cortó las dos orejas) y porque la corrida eratelevisada, motivo por el cual los profesionales debían de haber tenido corduray no maleducar al espectador de toros, que ahora querrá indulto haya por donde vaya.Datos los anteriores que un presidente sin idea de toros y unos profesionalessin cabeza se pasaron por el forro.
