Al ganadero decirle solo, Victoriano, ¿Dónde están esos toros que presumía para Madrid y la reaparición de José Tomás? La Beneficencia se convirtió en indecencia.
Una indecencia sin adornos porque ya ni se ponen las características banderillas adornadas que caracterizaban este festejo, ni se engalana la plaza y va la Casa Real porque toca, sino tampoco.
Ante un lote malo, Juan Mora si dejó adornos de toreo añejo nada más.
Morante destaco con el capote pero no como otras veces. Un quite al cuarto por chicuelinas de inigualable factura, rematadas con una media de cartel de toros, fue lo más lúcido de su actuación. Con un lote protestón y a contraestilo abrevio con los dos de su lote.
“El Juli”, con dos toros de indina presentación para Madrid, fue el mejor parado. El tercero fue un toro locuno y descoordinado al que cualquier torero del escalafón no hubiera conseguido sacarle nada. Juli aplico su psicología y el locuno termino hasta embistiendo bien. La faena tuvo mérito y no comprendo cómo el sector duro de Madrid pita a Julián estando bien y calla cuando amigotes ganaderos lidian esperpentos toros, un silencio comprado con comilonas de campo, o cuando toreros de su gusto están mal. El aficionado tiene el mismo rasero para todos independientemente del gusto. Mato horrible Julián de un bajonazo barriguero y escuchó pitos por la estocada pero no por la actitud. El sexto tuvo calidad en la primera tanda, Julián se gustó y gustó con la derecha pero el toro solo tenía eso y dijo que no quería más.
Ficha:
Plaza de Toros de Madrid, Las Ventas. Corrida de la Beneficencia. “No hay billetes”
Toros de Victoriano del Río, móviles pero sin calidad y deslucidos. Uno, el 6º de Cortés, que duró solo una tanda.
Juan Mora: Silencio y Silencio
Morante de la Puebla: Pitos y Silencio
“El Juli”: Silencio mezclado con pitos y Silencio.
